jueves, 14 de enero de 2016

Capitulo I (parte1) : Nacimiento


  No era normal verla sola, quienes la conocían sabían que siempre había alguien junto a ella: un ama, un soldado, su hermana o a veces algún grupo de gente resguardándola.  A pesar de saber quien era ella, la sentían bastante cercana, siempre que su cuerpo se lo permitía dedicaba palabras o una sonrisa cálida a quienes la rodeaban.
  Su cuerpo… su débil cuerpo. Era un poco irónico verla junto a su hermana, ambas eran idénticas aunque ella, Paulette, apenas podía caminar sola mas que unos metros y Nadine corría casi como una gacela por los bosques, sus rostros siempre mostraban esa hermosa sonrisa de dientes blancos y ojos que te dejaban embrujado… los ojos de Paulette eran especiales, uno era café y el otro celeste: regalo de sus padres, Nadine tenía ambos ojos celestes, solo eso las diferenciaba.



  Ambas nacieron un día de verano, mientras resonaban las voces y los cantares de esos extraños animales diurnos que su madre desconocía y su padre amaba; Nadine nació primero, su llanto fuerte y vigoroso junto a su piel rosada fueron causantes de más de una sonrisa de felicidad entre las parteras presentes, aunque estas se acallaron abruptamente cuando Paulette nació;  venía pálida y con el cordón apretándole el cuello, casi sin respiración. Una partera solo la tomó y se la entregó a su padre sin mediar palabras

- Lo lamento - musito mientras lo miraba con una débil mueca

  Este la tomo suavemente, desabrocho su chaleco y la puso junto a su pecho 

- Eres fuerte hija, luchadora como tu madre ha sido, no dejes de luchar y si algún dia no puedes, yo lucharé por ti hasta que mi cuerpo se desarme… - las lágrimas del hombre cayeron sobre la niña y esta soltó un grito desgarrado que la hizo al fin respirar. 

  La sonrisa volvió al rostro del acongojado padre y le llevo la pequeña  a su mujer quien los miraba sonriente y cansada

- Eveleen, te entrego estas dos bellas gotas de rocío que has creado, me has hecho el hombre mas feliz de esta tierra - 

   La pareja se miró, parecían dos adolescentes enamorados y ella tomo, no sin dificultad, a ambas niñas 


- Nadine, tu misión será proteger a Paulette y a quienes lo necesiten sin distinción… Paulette la tuya será el dar consejo y ser fuente de sabiduría para todos… hijas mias luchen por lo que creen y por lo que aman como yo lo hice -

  Claudio sonrio, su herencia romana se notaba en sus facciones mas no dejaba de ser  un misterio para los Vampiros mas antiguos ya que eran ellos quienes exterminaban a los de su raza. Eveleen en cambio era descendiente de Zillah, pero desde la expulsión de Cain siempre vivió en los pueblos del norte protegiendo su raza y a quienes llegaran a solicitar asilo, por lo mismo rogaba día a día por protección para los débiles… una luchadora fuerte y a veces un poco fría pero creía firmemente en sus ideales.


  Ambas niñas llegaban como designio de Chronos, gemelas destinadas a regir el mundo vampírico, nacidas en el contraste, ambas tan iguales como diferentes. Con los años las diferencias fueron mas notorias, mientras Nadine corría por los bosques desapareciendo de criadas y tutores, Paulette aprendía a seguirla como sombra ya que su cuerpo débil la hacía caer cada vez que bajaba sola a los jardines, pasaba postrada en cama durante los meses fríos y en los cálidos Claudio dejaba tiempo reservado para sus princesas y en sus aun fuertes brazos las llevaba al lago.   La sonrisa de Nadine se agrandaba mas cuando veía a Paulette sonreir y era plena, la veía tratar de esquivar las frias gotas de agua que iban directo a su rostro, veía a su padre dejar de lado esas preocupaciones que su madre ya no podía alejar.

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